jueves, 17 de marzo de 2022

 


En el marco del día de San José Patrono de La Sabana, el proyecto Luchas, Acervos e imaginarios en Resistencias. Mujeres Afrovenezolanas en Militancias, se convierte en co-participe de las actividades que genera históricamente esta territorialidad, desde su dimensión religiosa y espiritual.



Es así como les invitamos a acompañarnos a las actividades formativas, culturales y religiosas que se llevarán a cabo 18 y 19 de marzo de 2022, en la población de La Sabana, Parroquia Caruao, Estado La Guiara, Venezuela.



Convocan desde la territorialidad:

Sociedad San José de La Sabana.

Consejo Comunal La sabana

Consejo Comunal Santa Cruz

Fundación cultural Sentir Sabanero

Fundación Las Periquitas

Fundación Danzas Tradicionales renacer La Sabana

Fundación Roger Blanco

Fundación Cruz María

Fundación Ángeles de Luz

Señor Freddy Rivas

La afromilitante Carmen Amalia Echarry

Radio Sabanera 92.5 FM

Co- participación en las Actividades:

Centro Nacional de Fotografía (CENAF) del Ministerio de Poder popular para La Cultura. Director Orlando Ugueto.

Cátedra Libre África (CLAUBV) Universidad Bolivariana de Venezuela. Coordinadora Flor A. Márquez Ugueto.

Colectivo de Mujeres negras, afrovenezolanas y afrodescendientes Trenzas Insurgentes. Vocera en ésta programación Meyby Ugueto-Ponce.

Realizadora Audiovisual Merquis Salamanca, estudiante de Uneartes Caracas.

Floriana Cimarronaje Gastronómico

CECLAYA: Cumbe de Estudios de Cátedras Libres Áfricas y Afrodiaspóricas

Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas.


Programación establecida:





  • El 18 de marzo 2022 a las 4: de la tarde, en las instalaciones del Club San José realizaremos una reunión política de mujeres para problematizar temáticas que se trenzan en nuestra vida cotidiana tales como el auto-reconocimiento étnico frente a los prejuicios racistas y raciales muy vigentes en nuestra sociedad. Escucharemos y registraremos las experiencias productivas de las mujeres del territorio como espacio de resistencia, re-existencia e insistencia que tiene la afrovenezolanidad como acervo identitario y como reserva ética, y finalmente en la jornada de éste día, trabajaremos la vinculación de estos elementos del debate, como procesos que nos permitan afirmar, como se expresa en el siglo XXI, en el contexto nacional de guerra económica contra el pueblo venezolano, el bloqueo financiero contra Venezuela y de las sanciones políticas que recaen en la vida cotidiana de las mujeres - pueblo afrovenezolanas. La intención: recoger el tipo de pensamiento que insurge en estos contextos, para teorizar e ir nutriendo la afroepistemología femenina del cimarronaje cultural que empujamos las mujeres afrovenezolanas en militancia.

  • Facilitación a cargo de:

Floriana Cimarronaje Gastronómico

CECLAYA.

Trenzas Insurgentes.

Cátedra Libre África UBV

Memoria fotográfica a cargo del CENAF

Memoria Audiovisual Merquis Salamanca.



El 19 de marzo 2022, a partir de las 9 de la mañana estaremos, en las instalaciones del Club San José donde realizaremos la Expo Feria La Sabana 2022, un convite político para que evidenciemos que, frente al duro contexto económico que vivos, el cimarronaje productivo como cultura de resistencia, sigue generando espacios para la producción y reproducción de nuestra cultura, de nuestra economía, de nuestras formas de organización política territorial. Allí veremos las experiencias auto-remuneradoras de las mujeres del territorio en a su praxis productiva como expresión de la economía comunitaria de la cultura afrovenezolana generado por el saber doméstico como trabajo fértil en la economía local. Se exhibirá la creatividad productiva del territorio, se venderán sus creaciones, se presentarán las diversas manifestaciones productivas que genera el territorio y habrá comercializaciones de alimentos, dulces, utensilios, ropa y muchas cosas más.

  • Co- producción:

Sociedad San José de La Sabana.

Consejo Comunal La sabana

Consejo Comunal Santa Cruz

Fundación cultural Sentir Sabanero

Fundación Las Periquitas

Fundación Danzas Tradicionales renacer La Sabana

Fundación Roger Blanco

Fundación Cruz María

Fundación Ángeles de Luz

Señor Freddy Rivas

La afromilitante Carmen Amalia Echarry

Radio Sabanera 92.5 FM

Floriana Cimarronaje Gastronómico

CECLAYA.

Trenzas Insurgentes.

Cátedra Libre África UBV

Memoria fotográfica a cargo del CENAF

Memoria Audiovisual Merquis Salamanca.

El homenaje a San José Patrono de la Sabana comenzará a la hora que indique el pueblo desde su tradición, allí colaboraremos, acompañaremos y nos dejaremos arropar por su tradición mística y entrega al Santo patrono que les protege.




 

La insurgencia del programa Luchas, Acervos e imaginarios en Resistencias. Mujeres Afrovenezolanas en Militancias, inició “sus operaciones de campo” en el marco de las actividades desarrolladas en común-unidad de las tres organizaciones co-partícipes, co-responsables y co-fundadoras de esta iniciativa. El escenario en esta oportunidad fue el Barrio popular más antiguo de Caracas, “El Combativo Guarataro”. El encuentro se llevó a cabo el día sábado 12 de marzo de 2022 para contar por qué consideramos que había que “ennegrecer” la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora, como estrategia de auto-reparación de la memoria.


La Invitación generada desde el Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas, que desde su marcada trayectoria al interior del proceso de conjugación entre lo que representa ser mujeres, afro y pobres en Venezuela y que tiene ya varios años cosechando frutos con su taller de autorreconocimiento étnico, en el marco del presente proyecto, se llevó a cabo el 18 de febrero de 2022 en esta territorialidad.


De esta manera esta organización de mujeres afrohermanas, extendió su más grata y sincera invitación a las otras mujeres que formamos parte sustantiva de la Red de Afrovenezolanas en Militancias. Así fue que llegamos a las puertas abiertas del barrio y con el corazón palpitante de la militancia que se renueva, las otras dos organizaciones afrohermanadas comprometidas en este proyecto de creación colectiva: “Floriana. Cimarronaje gastronómico” y el Cumbe de Estudios de Cátedras Libres Áfricas y Afrodiaspóricas “CECLAYA”.



Al llegar a esta espacialidad de nuestra amada Caracas, volvimos a reconectarnos con las maneras y “caras lindas” de nuestros cumbes1 de origen, de nuestros pueblos vientres, de esos montes, playas y calles familiares de donde venimos. La misma hermosura, las casas limpiecitas y ordenadas, las niñas y los niños adueñados de su territorio en clave lúdica y la hospitalidad que llevamos en nuestra ADN etnocultural. ¡Estuvimos en casa!



Floriana desde su acción de rehabilitar la dulcería afrovenezolana2 de todos los tiempos, entró en contacto con algunas dulceras y un grandioso cocinero, el Sr. Wilfredo, que también será un testimonio vivo de qué se cocina, cómo se cocina y cuándo se cocina, lo que de dulce se cocina, pero esta vez desde el barrio “El Guarataro”. Se acordaron las visitas para el levantamiento del registro, que además irá acompañado del planteamiento medular de este proyecto: construir colectivamente el proceso de rehabilitación de nuestra dulcería, para saber, cómo aun sigue operando con fuerza en nuestra cultura, pautas identiarias de crianza como la oralidad, el aprender haciendo, el auto-cuidado cultural nutriendo a nuestros acervos populares, como grupo étnico y como clase social.



El trabajo de CECLAYA en cambio, por la misma naturaleza del proyecto ha venido trasmigrando en sus funciones, de ser sistematizadoras de la experiencias y generadoras de contenidos para contribuir al impulso que desde Venezuela se viene llevando a cabo en el 2022 como año nacional del cimarronaje, nuestra intención fue la de incursionar en el debate de las afroepistemologías venezolanas, pero generando la visibilización del protagonismo popular y participación política de la mujer afro en la historia pasada y en la actualidad, ya que partimos de un fundamento básico: en la sola existencia de mujer negra, ella como experiencia de vida, ha recibido con mucha fuerza, la violencia del Proyecto Civilizador Moderno profundamente racista, profundamente misógino, y generador incansable de desigualdades.


La triple opresión de las mujeres racializadas ha sido la escuela para seguir afirmando con orgullo que “lo personal es político” porque lo que afecta la vida en singular de una persona, repercutirá sin duda alguna en la forma de ver el mundo y por ende de actuar. Por eso nuestra misión investigativa, de recolección de datos en el proceso donde se manifiestan las expresiones políticas de las afrovenezolanas, la de construir teoría política y sustantiva desde estas experiencias, definitivamente tenía que derivar en procesos de facilitación, donde las investigaciones que como CECLAYA venimos generando, que se sepan, que se debatan y sobre todo que se refrenden con las comunidades que en este proceso de cobertura territorial, Acervos e imaginarios en Resistencias. Mujeres Afrovenezolanas en Militancias viene trenzando, y esta es la dimensión pedagógica que junto a la asamblea popular en barrios y comunidades afro, a la memoria de lo que hacemos como grupo etnocultural en la generación de archivos de nuestros encuentros, a la producción y reproducción de políticas desde las afroepistemologías venezolanas, definen la clara función formativa que dentro del proyecto tenemos como función.


Sobre la conversa:

Basado en la investigación documental que vinimos ensamblando desde diciembre 2021 y que tiene como punto de partida sacar la historia insurgente del 8 de marzo de 1908 como desencadenante histórico, nuestra intención era hacer visible una larga batalla sobre los derechos civiles en Estados Unidos. Como estrategia política conjugamos en el discurso, la denuncia al sistema esclavista del Sur de esta nación, con la institucionalización de un tipo de economía política del racismo, que se convirtió en norma en esa sociedad.



Hicimos visible a las diversas mujeres que en un devenir de casi 100 años no dejaron de batallar contra la ideología del racismo: no sólo las costureras que murieron calcinadas ese día del 8 de marzo de 1908 en la fábrica textil de la cuidad de Nueva York llamada Cotton, también de las africanas y afroestadounidenses que se atrevieron a salir de esa “celda Productiva” a cielo abierto que fue la plantación de algodón y a sus cimarronas que lucharon con astucia para el proceso de exterminación del sistema esclavista. Y como la historia no suele ser lineal y en el siglo XXI se nos presenta más bien como cuántica (con muchos acontecimientos sucediendo simultáneamente), entonces trenzamos la lucha de las mujeres blancas que protagonizaron desde el Norte industrial estadounidense la contienda realmente “sororidaria” con sus hermanas negras desde el gran movimiento del abolicionismo estadounidense.



Del mismo modo relatamos como esta experiencia que las convirtió en cuadros políticos, fue el sustrato social y público para que como saldo organizativo se fraguara el movimiento sufragista estadounidense y se luchara como sujetas políticas por el derecho al voto; hablamos de las implicaciones económicas de la Guerra de secesión, de la guerra civil estadounidense y de cómo muchos sectores empujaron al mismo tiempo para que la sociedad esclavista desapareciera, pero surgiendo el capitalismo como generador de desigualdades que acogía los prejuicios etnocentristas de la patología del racismo.



Mencionamos la simultaneidad de los conflictos con la guerra asimétrica que vivieron las mujeres chicanas con las expansión de las fronteras gringas a sus territorios, ejemplos de resistencia y coraje, así como también comentamos cómo aquellas mujeres inmigrantes que llegaron de muchos destinos de Europa fueron traicionadas por el ideal de nación de las libertades, cuando lejos de sus familias de origen, la revolución industrial estadounidense las desplazaba a la zona del no-ser con la reedición de la “feminización de la pobreza” ahora en clave capitalista.


Y si, hablamos sobre la historia de Estados Unidos, ¿o es que acaso no fue en esa nación del norte de América, donde se produjeron esos conflictos que nos llevan a las mujeres del mundo a marchar y conmemorar todos los 8 de marzo el día internacional de la mujer trabajadora? De eso se trataba la conversa, la asamblea de barrio, el encuentro pedagógico, de esta experiencia, y desde allí poder conocer todas las circunstancias que lo fraguan como desencadenante histórico y que justifica políticamente que todos los años los 8 de marzo, como pacto entre mujeres, rehabilitemos la memoria viviente de las caídas en esta guerra.



Sobre la cosecha de CECLAYA en la facilitación de este proceso:

Escuchamos los conocimientos, emociones, impresiones de las y los participantes en esa conversa: de la hermosa mamabuela afrovenezolana Bertilia Aguiar y su explicación del cimarronaje para que sus compañeras del barrio supieran de qué estamos hablando, de las reflexiones de la brillante joven afrovenezolana Mariagel Pirela Blanco como mujer que se auto-reconoce heredera de una ancestría milenaria particular como la afro; de Ivelice Rivero acerca de su emoción y percepción en la marcha nacional celebrada en Caracas el 8 de marzo; del Sr. Wilfredo como padre de 6 hijas y su sensibilidad hombre frente al mundo femenino; y del museólogo popular del barrio, conmovido por este encuentro, el Sr. Chito. Agradecemos al Cumbe de Mujeres Afrovenezolanas en la Figura de la joven activista Merlyn Pirela motor de la actividad por la invitación a este encuentro en calidad de foristas, a Magali Pirela por acompañarnos y se otra de las grandes anfitrionas de la actividad desde el barrio, a Jhoana Blanco Sosa por atendernos, brindarnos su calle, su casa, sus cuidados y alimentarnos y a todas y a todos los presentes, muchas gracias por formar parte de la experiencia de Acervos e imaginarios en Resistencias. Mujeres Afrovenezolanas en Militancias desde la combativa barriada del “Guarataro”, volveremos pronto.

Finalmente dentro de las cosas que recogemos en nuestra sistematización están los mensajes que muy amablemente nos comparte Merlyn Pirela sobre las impresiones de la comunidad acerca de la conversa:

13 de marzo, al día siguiente mensajes que llegaron al de las mujeres del barrio desde la red social WhatsApp:

-“Hola Merlyn, disculpa la hora, gracias por el conversatorio de ayer… muy bueno, cuando puedas me envías algunas fotos y los nombres de las personas que te acompañaron y donde trabajan o la organización, que no pude anotarlo. Gracias”

  • Me gustó mucho. Estuvo muy buena la actividad de ayer”

  • Excelente esa actividad de ayer, gracias Merlyn por darnos este tipo de charlas que bastante que nos hace falta, así aprendemos algo de cada una de ellas. Gracias por tu apoyo”.

  • “Excelente ponencia. Más bien visita. No preguntamos, no intervenimos tanto como cuando vino la Sra. Nirva.


Soy porque Somos”





1 Espacios embrionarios donde se gestaron los seres históricos, los seres hacedores y hacedoras de cultura, los seres de relaciones de la cosmogonía afrovenezolana; al igual que nuestros pueblos de origen, que nuestras comunidades, el barrio popular ha salvaguardado en el tiempo las dinámicas del matriarcado africano en Venezuela, de la madre cultural como simbólica que cría cimarrones y cimarronas con su experiencia de educación comunitaria, y que teje y reteje la familia extendida con las y los vecinos del barrio. Esa es la energía de la vereda donde conversamos, donde nos escuchamos, donde nos reímos y compartimos alimentos, esa es la energía afrovenezolana que también tiene El Guarataro en su caracterización de barrio históricamente combativo.

2 El Objetivo Estratégico de Floriana es evidenciar en nuestra cultura como opera el cimarronaje desde su dimensión gastronómica, como la cocina y en especial la dulcería es un sistema que salvaguarda lo que se encuentra contenido al interior de la cultura de matriz afro, y como la dulcería es un espacio lleno de sentidos y significados que recobran el sentimiento de común-unidad y abre los caminos para el encuentro con la ancestrías, con la memorias hogareñas, que estimula siempre, siempre, la voluntad de estar siendo afrovenezolanas. El resultado esperado es la creación de un catálogo donde vayan apareciendo estas y estos personajes que con sus recetas que nos siguen endulzando la vida.

 


Compartimos en este mes de marzo homenaje a las mujeres trabajadoras del mundo otro elemento simbólico que tiene que ver con la capacidad de luchas  por los ideales y convicciones de las mujeres en defensa de la dignidad humana. 



Para eso CECLAYA, pidiéndole permiso a su autor, se convierte en vitrina de otras reflexiones al respecto. En esta oportunidad, desde lo que ha significado ser mujer negra, africana, afrodiaspórica, afrovenezolana, les traemos una semblanza de esas mujeres afro que prefirieron en muchos casos morir de pie antes que vivir de rodillas.


DE NZINGA MBANDI A LAS CIMARRONAS EN LAS AMERICAS

Por Jesús Chucho García  correo electrónico fundacionafroamerica@gmail.com

 

 


La  trata negrera y la esclavitud, practicada por occidente en África y las Américas, fue decretado por la ONU en 2001 como crimen de lesa humanidad. Ante ese vergonzoso proceso queremos expresar que desde lo que hoy es Republica de Angola, durante los siglos XVII y XVIII, mujeres valientes de origen Kongo-Ndongo se opusieron al comercio de esclavizados. Unas de ella fue la guerrera Nzinga Mbandi, quien logró crear su reinado de Matamba. Ese ejemplo sería seguido por la legendaria Kimpa Vita, a comienzos del siglo XVIII, quien fue quemada viva por los portugueses en complicidad con la Iglesia Romana por haber liderado insurrecciones contra la esclavitud en el antiguo imperio de Kongo Dia Ntotela.

 



El espíritu de esas dos africanas pasaría como ejemplo moral a muchas mujeres sometidas a la cruel esclavitud en las Américas y el Caribe, para que se levantaran contra el sistema esclavista. En Jamaica, Nanny, de origen Ashanti, lideró un ejército contra la esclavitud inglesa. En Haití, tenemos a la sacerdotisa vudú, Cecile Fattime, quien provocó la rebelión contra los franceses a finales del siglo XVIII en el marco de una ceremonia de su credo. En Estados Unidos, la cimarrona Harriet Tubman, a principios del siglo XIX, creó una extraordinaria red para liberar a los esclavizados, trasladándolos clandestinamente hasta Canadá donde estaba abolida la esclavitud. Esa red fue denominada “El tren subterráneo”, que no era ni tren ni subterráneo, sino más bien una inteligente articulación para liberar esclavizados de diferentes estados de USA que implicaba conocimiento de la geografía, así como la hidronimia y la antroponimia de los lugares. En Venezuela, las cimarronas que estuvieron corriendo la misma suerte que los cimarrones, como el caso de Manucha Algarin en el antiguo Cumbe de Ocoyta o Josefina Sánchez en el Cumbe de Taguaza, ambos en el actual municipio Acevedo (estado Miranda), son un claro ejemplo del liderazgo de esas afrodescendientes.

 



De cimarronas a independentistas

 


Pero esos aportes morales de Manucha Algarin, Josefina, la reina Guiomar -quien se rebeló con el Rey Miguel en las montañas de Buria-, así como la resistencia pasiva de la esclavizada María Dolores -esposa de José Leonardo Chirino-, no fueron en vano, pues quedaron como referencias de lucha que las cadenas, el cepo, la violación sexual y el racismo no fueron barreras para aspirar a conquistar la libertad.

 


Cuando se inició la guerra de independencia, miles de mujeres que estaban esclavizadas y otras libertarias y cimarronas, participaron activamente en ese largo conflicto bélico. Ahí estuvieron desde enfermeras hasta las que manejaban un fusil, disparando un cañón, o empuñando una espada para los combates cuerpo a cuerpo… de eso nuestra historiografía oficial poco dice.



 

María Cumbale, reivindicada por la historiadora Gregoria Urbano del estado Sucre, es un hermoso ejemplo de lidereza en plena guerra de independencia, así como los casos de Josefa Camejo y Juana Ramírez, “La Avanzadora”, sin dejar de nombrar el papel ético de Hipólita y Matea en la formación intelectual de Simón Bolívar.




lunes, 7 de marzo de 2022

Ennegreciendo el Día Internacional de La Mujer Trabajadora. El 8 de marzo de 1908.

 


CECLAYA Investigación

Militante para el siglo XXI


El presente ensayo se presenta ante lectoras y lectores como una estrategia de auto-reparación de la memoria, en contra de la Misoginia Racializada1, abriendo las compuertas de la historia y ensanchando los relatos de todas nuestras luchas.

La historia que traemos hoy es la de un desencadenante histórico que sintetiza en la primera década del siglo XX de la sociedad estadounidense, las contiendas de las mujeres dentro de la clase trabajadora, quienes protagonizaron las luchas más inclementes frente a la opresión triangulada del racismo, el machismo y el capitalismo.

Hablamos de todas las mujeres juntas y por separado, golpeando las estructuras del sistema que les dominaba. Construyendo con sus prácticas el concepto político de justicia, que aún hoy, siguen empujando.


Así, además de las costureras de la fábricas textiles en la gran metrópolis de New York, se encontraban las esclavizadas afroamericanas del cinturón algodonero al Sur de Estados Unidos; las mujeres del pueblo chicano, resistiendo la expansión de las fronteras del Estado Nación Norteamericano, las mujeres emigrantes pobres, que el sueño de una mejor vida en la “tierra de las libertades”, desde que desembarcaron en el puerto de Manhattan, les fue negado.



Sobre los encubrimientos de la historia oficial: racismo, clasismo y misoginia.

La historiografía colonial moderna occidental, nos ha reseñado año tras año que el 8 de marzo se conmemora el día internacional de la mujer trabajadora ya que en 1857 las obreras textiles y de la confección en la ciudad de Nueva York, llevaron a cabo una gran huelga, donde exigieron la dignificación del trabajo, la reducción de la jornada laboral a ocho horas, la abolición del trabajo infantil y la igualdad del voto en la incorporación del derecho al sufragio a la mujer.

En 1908, mientras que estas manifestaciones callejeras se daban en la ciudad de New York, en la Fábrica Cotton 129 obreras son asesinadas tras el incendio provocado por los burgueses dueños de la fábrica, llevando a cabo con estos atroces hechos, un presunto castigo ejemplar, para cualquier otra mujer que decidiera reclamar sus derechos.

El 8 de marzo de 1910, en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca, Clara Zetkin propuso la manifestación internacional permanente en esa fecha como símbolo de la lucha por las libertades y los derechos laborales de las mujeres en el mundo y en homenaje a las mujeres caídas.

Cuarenta y dos años después en esos procesos de dilatación de la justicia, específicamente en 1952, la Organización de Naciones Unidas estableció el día 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y en el año 1975, lo declaró "Año Internacional de La Mujer", desapareciendo sutilmente el carácter clasista de la lucha con la desincorporación del adjetivo “trabajadora”.

Y esta historia tan importante en la vida de nuestras luchas colectivas contra el patriarcado judeo cristiano, contada a medias, escamoteada, sin antecedentes, ni consecuentes, de efemérides que surgen casi por generación espontánea, por gracia divina, sigue encubriendo el cómo una sociedad como la estadounidense se transforma de esclavista a capitalista en eso que fue su propia Revolución Industrial.

¿Cuáles circunstancias previas al 8 de marzo de 1908, nutrieron a ese “Desencadenante Histórico”?

Partimos de que la sociedad norteamericana tiene su génesis como nación supremacista a partir de la institucionalización de La Ideología y Economía Política del Racismo con características propias de la identidad dominante de los Estados Unidos.

En 1860 El Cinturón de la producción algodonera, conformado por los estados de Alabama, Luisiana y Mississippi conocido como El Imperio del Algodón, estaban ubicados al Sur de los Estados Unidos, lo que se conoce en la historia de éste país como el Sur Esclavista, que, avanzando el siglo XIX abastecía de materias primas al norte manufacturero textil en ciudades como New York y Boston.

Sólo en este año que resaltamos, un millón de toneladas de algodón abastecieron a las industrias textiles del país y del mundo y fueron producidas por más de 4 millones de esclavizadas y esclavizados afro estadounidenses en esas “celdas productivas”2.

En su libro Mujeres, Raza y Clase de 1981, la activista del movimiento de las Panteras Negras y filósofa afroamericana Ángela Davis, nos revela lo siguiente:

Los propietarios de esclavos utilizaban a mujeres y a niños para distintas tareas con el fin de aumentar la competitividad de los productos del Sur. En primer lugar, las mujeres esclavas y los niños tenían un coste de capitalización y de mantenimiento menor que los hombres de primera categoría. John Ewing Calhoun, un fabricante textil de Carolina del Sur, estimaba que el mantenimiento de los niños esclavos costaba dos tercios de lo que costaba mantener a los esclavos adultos que trabajaban en las fábricas de algodón. Otro californiano estimaba que la diferencia de costes entre la mano de obra esclava masculina y femenina era, incluso, mayor que la que había entre la mano de obra libre y la esclava. Los resultados contables de aquellos que utilizaban a mujeres y a niños esclavos corroboran la conclusión de que los costes laborales podían reducirse sustancialmente. (Davis, 1981:19)

Entonces vamos viendo como se fragua en los orígenes de esta sociedad las causas que habrán de activar la lucha contra el trabajo infantil y la sobre explotación de las mujeres en el sistema de esclavización alrededor de la economía algodonera.

Y continúa explicando Davis:

En la mayoría de las fábricas textiles y de las industrias del cáñamo y del tabaco donde se empleaba mano de obra esclava, las mujeres y los niños esclavos constituían una proporción muy abultada de la fuerza de trabajo. (... ) En algunas ocasiones, las mujeres y los niños esclavos trabajaban en industrias "pesadas” como las refinerías de azúcar y los molinos de arroz y en otras industrias pesadas como la maderera y el transporte, utilizaban a mujeres y a niños en una medida considerable. (Davis, 1981:18)

Pero cada proceso de dominación tiene su co-relato de liberación: Las estrategias del cimarronaje activo con los éxodos de las plantaciones algodoneras.

La Gran Migración afroamericana del Sur Esclavista al Norte Industrial Capitalista se da con ímpetu en los años 1775 y 1783, en este período más de 25 mil fugitivas y fugitivos llegaron al Norte de Estados Unidos. Dentro de una de las estrategias más emblemáticas de ésta insurgencia se encontraba “The Underground rail roads”, las rutas clandestinas de los trenes que llegaban hasta las fronteras de los estados esclavistas. Estas eran consideradas en el sentido de la lucha contra la esclavitud, actividades de acción directa del movimiento abolicionista contra el Sur supremacista, esta vez, protagonizado por una mujer negra.



Se trata de la gran conductora del Ferrocarril Clandestino, Harriet Tumban, que valiéndose de estas rutas, en diecinueve ocasiones, cruzó las fronteras entre el Norte y el Sur de Estados Unidos ayudando a fugarse a más de 300 esclavizados y esclavizadas a finales del siglo XVIII. De esta manera el Norte Industrial se va abasteciendo de mano obrera para la expansión de su economía capitalista.

De los otros acontecimientos que fueron engrosando esta historia.

El movimiento Abolicionista:


En 1789 el norte de Estados Unidos ya había abolido la esclavitud para garantizar el modo de producción capitalista a través de la industrialización. En su génesis, este movimiento, fue de base social y se crea como la contraparte ideológica del esclavismo sureño. Dentro de sus máximos exponentes negros se encuentran Frederick Douglass y la feminista Negra Harriet Beecher Store, quienes lucharon por “reivindicar a los oprimidos como individuos”, esto traducía devolverle la humanidad que la esclavitud arrebató a las y los esclavizados.


Resulta de mucha importancia destacar que el abolicionismo estadounidense, fue un movimiento integrado por muchas mujeres blancas norteamericanas de la clase media, quienes adquirieron experiencia en la militancia, sirviéndoles estas vivencias para el posterior movimiento sufragista norteamericano.


Nos comenta Ángela Davis que:

Durante la década de los treinta del siglo XIX, aunque las mujeres blancas -tanto las amas de casa como las obreras- se volcaron activamente en el movimiento abolicionista, la primera sociedad femenina antiesclavista fue creada por mujeres negras en 1832 en Salem, Massachussets. (Davis, 1981:49)

Sin embargo, aunque no se resaltaba expresamente, a la subjetividad esclavizada como una personalidad racializada, la lucha del movimiento sufragista era la lucha contra el racismo, y las mujeres blancas que formaban parte de este activismo, asumieron la batalla por los derechos humanos, de las mujeres negras.

Continúa aclarando Davis:

Las agresiones sexuales cometidas contra las mujeres negras indignaban especialmente a las mujeres blancas que participaban en el movimiento abolicionista. Frecuentemente, cuando las activistas de las sociedades femeninas antiesclavistas apelaban a las mujeres blancas a defender a sus hermanas negras, relataban historias de violaciones brutales. (Davis, 1981:35)


Dentro de las mujeres blancas más destacadas del movimiento abolicionista se encuentra Lucretia Mott, quien luego de esta experiencia será también pionera del movimiento sufragista norteamericano. Nos informa Ángela Davis “que el compromiso de Mott con el abolicionismo la llevaba a asumir otros peligros, ya que su casa de Filadelfia era una estación muy transitada del Ferrocarril Clandestino”. (Davis, 1981:47)


La Guerra de Secesión desde 1861 hasta 1865. Los bandos que encarnaban estas hostilidades fratricidas:


El Norte Industrial proponía la necesidad de mano de obra libre. Dentro del movimiento abolicionista se había definido la esclavitud ya no tan sólo como un acto inmoral, sino como un acto compulsivo de explotación humana para el trabajo productivo. Para garantizar el modo de producción capitalista a través de la industrialización el Norte se valía del trabajo libre desde el modelo obrero pagado, que era más rentable que la manutención de las esclavizadas y esclavizados.


Los Estados Confederados del Sur Esclavista tienen a 1860 como el año de mayor prosperidad económica del Sur sobre la base de la producción agrícola algodonera y desde el sistema esclavista convirtiéndose en el principal proveedor mundial de este rubro. De esta manera y a partir del hecho netamente económico la institución esclavista logró sostener bajo argucias jurídicas, políticas y culturales la infamia de su sociedad esclavista.

El movimiento Sufragista (1861-1876)

Explicábamos anteriormente que la contienda inspiradora del movimiento sufragista deviene de la experiencia adquirida en el movimiento abolicionista. Hablábamos de la gran cantidad de mujeres blancas de la clase media norteamericana del Norte Industrial, que no sólo acompañaron la lucha abolicionista, sino que se convirtieron en cuadro políticos muy importantes para el movimiento en el medio de las tensiones políticas entre el Norte Industrial y el Sur Esclavista.


Destacábamos también a mujeres como Lucretia Mott, quien muy comprometida en la lucha contra la esclavitud y por ende contra el racismo, se destaca también como una de las pioneras en la lucha por el derecho de las mujeres al voto.


Otra de las mayores exponentes que hoy traemos a esta narración es Elizabeth Stanton, que a decir de Ángela Davis, se convierte en la primera en producir, desde los propios prejuicios racistas, el quiebre entre movimiento abolicionista y movimiento sufragistas, como frente de defensa a los derechos civiles norteamericanos que tantas muertes acumulaba.

Narra Davis:

A diferencia de Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton no era una activista política experimentada cuando se celebró la convención de Londres. Como acompañante de quien era su marido desde hacía tan sólo unas semanas en lo que llamó su «viaje de bodas», para ella se trataba de la primera ocasión en la que asistía a un encuentro antiesclavista y no en calidad de delegada sino, más exactamente, de esposa de un líder abolicionista. Por lo tanto, la señora Stanton carecía, en cierta medida, de la capacidad para juzgar, ya que no poseía la perspectiva forjada por años de lucha defendiendo el derecho de las mujeres a contribuir a la causa antiesclavista. Cuando en el libro que escribió junto a Susan B. Anthony, History of Woman Suffrage, indicó que durante su conversación con Lucretia Mott, «en aquel preciso instante, quedó inaugurado el trabajo misionero por la emancipación de las mujeres», sus observaciones no recogían las lecciones acumuladas por casi una década de duro trabajo en la que las abolicionistas habían estado batallando por su emancipación política como mujeres. (Davis, 1981:56)



La tercera y última mujer que deseamos destacar en esta entrega, muy importante para el activismo de las mujeres afrodiaspóricas, es a Isabelle Baumfree, quien como cimarrona huye a Canadá en 1827 y que situamos en la génesis del movimiento sufragista norteamericano por la defensa de los derechos de la mujer negra. Mejor conocida como Sojourner Truth, que se puede interpretar como residente permanente de la verdad, fue una vigorosa luchadora por el sufragio femenino, y en 1850 perteneció a la sociedad antiesclavista estadounidense.

Famosa por su gran discurso en la Convención de los Derechos de la Mujer en Akron de 1852, «¿Acaso no soy una mujer?». Su legado da insumos políticos al feminismo negro estadounidense, ya que desde sus vivencias se logra definir cómo fue la lucha de las mujeres negras de esta época, para autodefinirse mujeres desde la experiencia colonial y esclavista.

Con el activismo de muchas mujeres negras como Sojourner Truth, y posteriormente de Ida B. Wells, Mary Church Terrell y Mary McCleod Bethune, Margaret Murria, entre muchas otras más, la lucha por los derechos de las mujeres negras que enfrentaban varios tipos de opresiones simultáneas, generó en el contexto de insurgencia del abolicionismo y el sufragismo en EEUU avanzado el siglo XIX, tensiones muy polémicas entre las alianzas necesarias conquistadas para la lucha común sobre la defensa de los tan mentados derechos civiles.

De este modo, la autodeterminación de las mujeres negras tuvo que pagar un alto costo en la política cuando el racismo acabó infectando el movimiento sufragista estadounidense y cuando la emancipación arrimó las diferencias de género en las comunidades negras. La combinación de ambas formas de exclusión hizo del feminismo negro un movimiento integral, completo, sistémico, plenario, enérgicamente entroncado, como bien los expresa el portal Web “el poder mundial”, con su artículo sobre el movimiento feminista negro en Estado Unidos.

Sobre el movimiento sufragista, cerramos con este relato de Ángela Davis:

las mujeres siguieron siendo activas en sus propias asociaciones obreras, en el movimiento contra la esclavitud e impulsando la campaña por sus propios derechos. Gracias a mujeres socialistas como Pauline Newman y Rose Schneiderman se forjó un movimiento sufragista de clase obrera que supuso la ruptura del monopolio que a lo largo de diez años habían mantenido las mujeres de clase media en la campaña masiva por el voto. (Davis, 1981:153)


Todos estos estallidos forman parte de la historia libertaria estadounidense por la defensa de los Derechos Civiles, pero ¿Cuál fue el desencadenante histórico que sintetizó todas estas luchas sociales y abrieron nuevos procesos de luchas?


Además de los hechos acaecidos el 1 de mayo en el Chicago de 1886, fecha emblemática que permite el surgimiento del día internacional del trabajador, el 8 de marzo de 1908 en New York, problematiza aún más las crisis que por un lado venía arrastrando el sistema esclavista, y que por el otro, forja el capitalismo como sistema generador de desigualdades.


En el libro Feminismos y Socialismos del año 2010, de las autoras Iraida Vargas Arenas y Alba Carosio, nos encontramos con la siguiente reflexión:


La Industria necesitaba mano de obra femenina a la que pagaba una remuneración inferior a la de sus homólogos masculinos. Costura, planchado, lavandería y servicio doméstico constituían entonces las principales actividades a las que se dedicaban. Mal pagadas, peor alimentadas, sin educación… las mujeres – y también los niños – eran considerados la mano de obra ideal para el capitalismo, por su bajo costo. En 1908 y 1909 las costureras de New York fueron quemadas… (Carosio-Vargas, 2010:31)

La dignificación del trabajo femenino se dió gracias a la acumulación de hechos sociales que nutrieron el sentido histórico de la lucha por la conquista de la justicia. Además de todo lo relatado hasta acá, el 8 de marzo de 1857, fue el año donde las obreras que trabajaban en la industria textil conocidas también como «garment workers», de Nueva York, realizaron una huelga. En ese año luchaban por salarios más justos y condiciones laborales más humanas, anhelos que compartían las mujeres afroamericanas esclavizadas en las plantaciones, las mujeres chicanas en defensa de sus territorios y las mujeres inmigrantes que no alcanzaron sus sueños de libertad.


 

Cincuenta y un años después, el 8 de marzo de 1908, otras mujeres costureras vuelven a tomar las calles de Nueva York para exigir aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y la prohibición del trabajo infantil. Como ya sabemos murieron más de un centenar de mujeres calcinadas en la Fábrica Cotton. Nuevamente 3 años y 17 días después una terrible tragedia de esta naturaleza volvió a ocurrir: un incendio de grandes magnitudes que cobró la vida de 123 trabajadoras textiles, 23 hombres y hasta la fecha aún se desconoce si hubo niñas y niños trabajadores en el siniestro. El 25 de marzo de 1911 una vez más se generó un incendio de grandes magnitudes y pérdidas humanas que lamentar, esta vez, en la fábrica de Triangle Shirtwaist en Nueva York.



¿Qué nos queda de esas luchas?


En el siglo XXI continúa la vigencia de estas luchas en el mundo, millones de personas siguen combatiendo la explotación, siguen defendiendo derechos laborales por salarios dignos; en la era neoliberal las mujeres del Sur Global nos enfrentamos a las maquilas como forma de explotación laboral, como celda productiva moderna y seguimos insistiendo en batallar contra el trabajo infantil y el trabajo anciano. A este proceso de reconstrucción de la historia estamos llamando ennegrecer, porque se trata de des-blanquear políticamente las efemérides construidas por la historiografía que oficializaron las clases dominantes del mundo, los y las colonialistas e imperialistas.


Por eso el 8 de marzo no es para nosotras una efeméride donde el acto social es la marcha repleta de banderines de color morado, consignas trasnacionalizadas y ningún plan de acción que permita la construcción colectiva de una agenda de lucha. Es una conmemoración que años tras años, nos compromete como mujeres trabajadoras del mundo, a continuar la lucha por alcanzar la justicia social tantos años postergada.


El mejor homenaje que le hacemos a las caídas de esta guerra, de todos los tiempos, de todas las explotaciones, es reconocer y enarbolar el contenido político de sus luchas populares y desde allí, no dar nuestro brazos a torcer hasta no haber alcanzado los objetivos estratégicos que en sus épocas se habían planteado y que, por distintas formas, o no los hemos alcanzados o los hemos extraviado en el camino.

1 Para la mujer blanca frente a la lucha contra la dominación masculina la mujer afro nunca fue su aliada, por el contrario siempre sería su antagonista, por eso necesitó inferiorizarla. De esta manera, se expresa una “otra” dimensión de ese machismo racializado y de esa violencia patrimonial, desmoralizando la existencia de la mujer afro en la sociedad colonial, que hemos definido como “la misoginia racializada”. Mientras que la familia nuclear patriarcal, colonial y moderna, la legitimidad de las y los hijos pasa por el reconocimiento del vientre de la mujer blanca como expresión femenina y cultural de los sectores dominantes, las hijas y los hijos de las mujeres afro que no son la mercancía esclavizada se convierten en bastardos, son los hijos o hijas naturales, destituidos de toda paternidad, y esta es otra manifestación del despojo ontológico: las mujeres que tienen cultura y las mujeres naturales o de la naturaleza, las mujeres salvajes. En nuestros estudios históricos hemos demostrado que las mujeres afro han llevado la peor parte de la historia de dominación y despojo y la esclavitud, en toda su extensión, es lo sustantivo de este conflicto. Si bien es cierto que la lucha étnica tanto en la existencia indígena como en la afro es previa a la lucha de clases, es también cierto que la lucha de género por parte de las mujeres indígenas y negras contra la violencia patriarcal del conquistador – colonizador – criollo de raíz europea, fue el primer choque cultural entre experiencias humanas diversas radicalmente en este continente, y este aspecto de la venezolanidad sigue siendo un asunto por develar si realmente nos proponemos una reescritura de la historia desde la acera de lo descolonial, revolucionaria, cimarrona y de liberación.

2 Categoría introducida por el activista afrovenezolano Jesús “Chucho” García para referirse a la lógica interna del proceso de producción esclavista que explotaba a las y los africanos hasta la extenuación.


LIBRO DE BAUTISMO DE ESCLAVOS: AÑO DEL SEÑOR DE MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y CUATRO

  Por: Lilia Ferrer-Morillo Del 25 de abril de 2022 1 1 Hoy Venezuela recuerda el nacimiento de José Leonardo Chirino, A quién C...