Para esta edición del blog y cumpliendo con hacer concreto el objetivo estratégico que como CECLAYA nos trazamos para el programa de acción: Luchas, acervos e imaginarios en resistencia. Mujeres afrovenezolanas en Militancias, nuestro propósito está-siendo generar y compilar epistemologías1 desde interior de la cultura afrovenezolana y a partir de la formación académica en la investigación etnomilitante, para la contribución a rehabilitar las memorias orales en las comunidades a trabajar, consolidando pequeñas acciones para la puesta en marcha de la política de reparación histórica. Desde este “mandato legado por la memoria antigua” y que tiene como estrategia la posibilidad de auto-reparar nuestra identidad afrodiaspórica (Marcano-Córdova 2022), hemos estado convocando las reflexiones de muchas mujeres afrovenezolanas que están en la militancia activa y que la Revolución Bolivariana ha sido el contexto donde desplegar esas acciones. Desde esta clara intención política tenemos pues escritos varios que aún, sin nombrar la categoría Discriminación Racial, problematizan los contenidos que hacen evidente la manifestación de esta estrategia de vulneración programada.
En esta oportunidad tenemos el escrito de Ciudadanía y Microrracismos en Venezuela, hecho desde la Universidad Bolivariana de Venezuela en Maracaibo Zulia por la Docente Celina Castro Jaimes; están también las letras luminosas de María Eugenia Mijares, con su reflexión denominada ¡Aceptemos que todas y todos Somos Diferente! De la misma manera se encuentra en esta edición del blog la joven docente de la Universidad del Zulia María Isaac que en medio de la urgencia que atraviesa su pueblo vientre San José de Heras al Sur del lago del Maracaibo con las dramáticas inundaciones, nos comparte un ejercicio autobiográfico donde nos revela desde esa tradición etnocultural que borra las fronteras modernas de los público y lo privado en nuestras vidas, reafirmando que “lo personal es político” lo siguiente: “He enfrentado la discriminación en muchos aspectos por ser negra, por se mujer, por la clase social, por ser una negra que no es deportista, por ser estudiante universitaria foránea y las otras ya ni las menciono”.
Nos erotiza y seduce políticamente hablando ya que sus letras acarician nuestras militancias golpeadas, “el poemar” como acción concreta que descoloniza lo sensible de la cimarrona Nereyda Pérez: “Insumisas” se llama su obsequio, quien también desde la Universidad Bolivariana de Venezuela en Maracaibo- Zulia, viene rehabilitando en nuestras memorias desde su afirmación de “yo colectivo” que estamos convencidas que la colonización “No logró doblegar la mujer que nos define”.
Y finalmente en este debate sobre la discriminación racial contamos con el hermoso articulo de Marizabel Blanco sobre la vida, lucha y obra de la afrobrasilera Léila González y su batalla desde su propia historia de vida contra el racismo epistémico, la discriminación y la colonialidad; en este escrito conocemos cómo se pensó la categoría Améfrica, que hermana tanto a nuestra pachamama física y metafísicamente, así como a Muakaka, nombre que recibe en voz bantú la madre naturaleza. Blanco Sifontes como rigurosa investigadora militante nos plantea en este texto un horizonte de sentidos afrodiaspórico descolonial y despatriarcal ya que logra trenzar con pulcritud un debate vivencial sobre la discriminación racial.
5 mujeres en la militancia afrovenezolana, convocadas para conocer cómo están pensándose en tiempos como los que vivimos, qué están creando, qué están sintiendo y por ende qué están escribiendo sobre la discriminación racial que fue el tópico que en esta oportunidad las convoca al blog de CECLAYA. Del mismo modo a este proceso de afroepistemología desde las mujeres cimarronas venezolanas.
Finalmente en la víspera de uno de nuestros memoriales más sentidos en la cultura afrovenezolana, a saber, los 227 años de conmemoración de la Rebelión cimarrona de la Sierra de Coro, hoy conocida como la Sierra de Falcón, liderada por el Zambo José Leonardo Chirino, invocamos un pequeño texto de nuestra hermana Lilia Ferrer que como profesional en la salvaguarda de nuestras memorias, nos permite publicar este escrito en el blog, que hacen parte de sus reflexiones, análisis y lectura del expediente que viene trabajando sobre la causa que se le abrió a José Leonardo Chirino luego de la sublevación en 1795; en su proyecto histórico de investigación como tarea de vida, escudriña en dar con la ontología mujer de su territorialidad como afrofalconiana: “es la búsqueda de las mujeres, las mujeres borradas, invisibles, sus voces mercerizadas…”
1 Lugar de existencia humana, que en el caso Latinoamericano, Caribeño, con la cara al Pacífico, desde lo Andino Amazónico, es decir en toda la diversidad, nos afirma como un civilización pluricultural, pluriétnica e intercultural.
1 Entendamos epistemologías desde la investigación militante, no sólo como el acto automático de construcción de teorías de conocimiento, si no como la condición de posibilidad real de pensar en lo que significa nuestra historia como grupo etnocultural foco de la ideología del racismo, y la manera como se expresa en la ontología mujer la carga de violencia de un tipo particular de misoginia (de desprecio a las mujeres y a lo que representa la feminidad), se trata en suma del componente étnico racial, es decir la misoginia racializada que es la categoría que estamos construyendo como fundamento de todas nuestras luchas en la senda de una política descolonial que para nosotras en la despatriarcalización del “paradigma judeo cristiano, ensamblado con los presupuesto de la tradición greco –romana y refrendados colonialmente con la ilustración como horizonte de pensamiento que legitimó el hacer imperial e nuestras tierras.
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